lunes, 4 de febrero de 2008

Pronóstico Climático Hasta el 2030

Pronóstico Climático Hasta el 2030


NOTA de FAEC: En la publicación oficial de la Real Sociedad de Ciencias de Gran Bretaña, Proceedings of the Royal Society A, fue publicado hace menos de una semana un estudio titulado "Recientes Tendencias Directamente Opuestas en Forzamientos Solares Climáticos y la Temperatura Media del Aire de Superficie", por los autores Mike Lockwood y Claus Frölich, del Rutherford Appleton Laboratory y el Physikalisch–Meteorologisches Observatorium, Davos, Suiza, respectivamente, con una conclusión que pretende "poner el último clavo en el ataúd de la discusión acerca de la influencia solar sobre el clima".

Aunque mucho optimismo y un triunfalismo irrefrenable ha cundido en la comunidad de los partidarios del calentamiento global catastrófico, este estudio está corriendo la misma suerte que el malogrado Palo de Hockey de Michael Mann et al, de 1998 que también se publicó como “el último clavo del ataúd.” De un somero análisis del estudio, se comprueba que los autores confunden algunos aspectos de la actividad solar, como “la irradiancia” y el “Calor” como si fuesen los únicos elementos producidos por el Sol. Sus conclusiones son curiosas porque con una breve observación de la actividad solar en los últimos 20 años, y una manera reprobable de manejar estadísticas (basura entra, basura sale), se pre-tende desechar la muy estrecha correlación observada desde 1620 hasta la fecha, entre las variaciones del clima y la actividad del Sol.


Dicen los autores:

“Hay considerable evidencia de la influencia solar sobre el clima pre-industrial de la Tierra, y el Sol bien puede haber sido un factor en el cambio climático post-industrial en la primera mitad del siglo pasado. Aquí mostramos que durante los pasados 20 años todas las tenden-cias en el Sol, que podrían haber tenido influencia sobre el clima de la tierra han sido en la dirección opuesta a lo requerido para explicar el aumento observado en las temperaturas medias globales.”

En consecuencia, la única causa que queda para explicar el aumento de temperatura es, cuando no! el dióxido de carbono –pero el emitido por las actividades humanas. Lo triste de este estudio es que olvida que además de no haber tomado en cuenta una serie de factores imprescindibles para un análi-sis correcto, como la duración de los ciclos solares, no han caido en cuenta sus autores que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera no explica (más bien se contradice totalmente) el descenso de las temperaturas ocurridos a lo largo de todo el siglo 20, y en especial el fuerte descenso de la tempe-ratura que viene experimentando el Hemisferio Sur desde alrededor del año 2000.

Este descenso de temperatura de la parte sur del planeta se ha hecho muy evidente en todo el año pasado y se hizo más pronunciado durante todo el verano, el otoño y culminó con la severísima ola de frío polar que se abate desde principios de Mayo y provocó la histórica nevada de Buenos Aires –hecho que se repitió después de 89 años, cuando el 22 de junio de 1918 una nevada colosal cubrió a la capi-tal de la Argentina.

Para comprender mejor que hay otros factores fundamentales –no contemplados por los autores de este “último clavo”- publicamos el estudio del Dr. David Archibald, climatólogo australiano, sobre sus predicciones climáticas hasta el año 2030, basados en estudios del largo del ciclo solar.

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

Pronóstico Climático Hasta el 2030 [1]

David Archibald
Summa Develpment Ltd., Perth, Australia

ABSTRACTO

Nuestro pronóstico para las temperaturas medias globales para el 2030 han sido actualizadas por la progresión del Ciclo Solar 23 y la contribución que hará el CO2 antropogénico en la atmósfera. El largo creciente del Ciclo Solar 23 apoya la visión de que el ciclo Solar 24 será débil, y como consecuencia un aumento en la certeza de que se producirá una disminución global de la temperatura media en el rango de 1 a 2ºC para el período pronosticado. El aumento proyectado de 40 ppm en el dióxido de carbono atmosférico hacia el 2030 se estima que contribuirá con un 0,04ºC en la temperatura media global. La contribución humana al cambio climático en el período previsto será insignificante en relación a la variación cíclica natural.


INTRODUCCIÓN

Existen numerosas correlaciones publicadas sobre la actividad solar del pasado y el registro climático. Estos estudios incluyen correlaciones del registro de las edades de hielo con el isótopo 10Be y un deta-llado trabajo sobre los registros de temperatura del Siglo 20 realizado por Friis-Christensen y Lasse (1991) [2]. Estos estudios muestran que el clima de la Tierra se mueve en ajustada relación con la actividad solar. Una cantidad de físicos solares están ahora prediciendo también la futura actividad del Sol, con algunas de estas predicciones extendiéndose más allá del 2100.

Archibald (2006) usó la calibración provista por el trabajo hecho sobre el registro histórico para hacer una predicción de la respuesta del clima global a los Ciclos Solares 24 y 25. La conclusión de dicho estudio fue que las bajas amplitudes proyectadas para estos dos ciclos solares, hechas por una cantidad de físicos solares de elevada reputación, resultará en una declinación global de la temperatura atmosférica en el orden de los 2ºC. Esta respuesta de la empratura será similar a la ocurrida durante el Mínimo Solar Dalton, desde 1796 a 1820, un período bien documentado de la manera en que las bajas amplitu-des de los ciclos 5 y 6 causaron una baja temperatura global.


Progresión del ciclo Solar 23

La duración promedio del ciclo solar es de 10,7 años. El Ciclo solar 23 comenzó en Mayo 1996, subiendo hasta un pico de 120,9 manchas en Abril 2000. Para que el ciclo solar 23 tuviese la duración promedio de 10,7 años, el Ciclo Solar 24 debería haber comenzado en Enero de 2007. Las primeras manchas en el Sol aparecen usualmente a más de 20º de latitud en la superficie del Sol. De acuerdo con los dos últimos dos ciclos solares, las primeras manchas aparecen de 12 a 20 meses antes del inicio del nuevo ciclo. Aparte del unos pocos dipolos magnéticos sin manchas de sol, no se han registrado hasta la fecha ninguna mancha solar de polaridad inversa con una latitud de más de 20º sobre el ecuador solar. Esto significa que el ciclo solar está aún, cuando menos, a un año de distancia, o sino la “regla de las obser-vaciones” está equivocada.

Los ciclos solares grandes llegan usualmente temprano, y los ciclos solares cortos lo hacen tarde. Si la “regla de la observación” de relación entre la primera mancha de sol del nuevo ciclo y su temporalidad se mantienen firmes, entonces el Ciclo Solar 23 será de por lo menos 12 años de longitud. También se desprende de ello que mientras más sea la demora hasta el mes del mínimo solar, más débil será la amplitud del ciclo Solar 24.

Friis-Chrsitensen y Lassen (1991) encontraron que durante el período entre 1850 y 1990 el largo del ciclo solar se correlaciona mejor con la temperatura que con la amplitud del ciclo. Esto fue confirmado por los datos de las temperaturas en Armagh, Irlanda, según Butler y Johnston (1996) [3], que demostraron una fuerte correlación de 0,5ºC en la temperatuira media anual por cada año de largo del ciclo solar.

Figura 1: La transición del Ciclo 22 al Ciclo 23
Datos provistos por J, Janssens, Sección Solar de Bélgica

El mínimo solar es el punto más bajo en el solapado entre las manchas solares del ciclo viejo y las manchas de sol de alta latitud con polaridad inversa del nuevo ciclo. Esto está ilustrado en la Figura 1 mostrando la transición del Ciclo Solar 22 al Ciclo solar 23.


Amplitud del Ciclo Solar 24

La figura 2 ilustra el rango de predicciones de la amplitud del Ciclo Solar 24 entre los físicos solares. Actualmente existen 24 predicciones publicadas, de las cuales 7 han sido seleccionadas para esta figura. La predicción más alta es provista por Dikpati (2006) [4] y la más baja por Clilverd (2006) [5]. Schatten (2004) [6] tiene el registro más largo en predicciones de la amplitud de ciclos solares, usando la fuerza de los campos magnéticos polares del Sol en un modelo de dínamo solar.

La importancia del significado de esta amplitud de los valores predictivos es que equivale a un rango de 2,0ºC en las temperaturas medias globales. Este rango es significativo en términos del observado aumento de 0,6ºC en la temperatura media global durante el siglo 20. El pronóstico de Dikpati de 175 manchas es similar al pico del Ciclo Solar 19 de 190 manchas en 1957. El final de loa años 50 fue un período de elevadas temperaturas antes de los 20 años de enfriamiento de mediados de la década del 70, que fue causado por le débil ciclo solar 20. El pronóstico de Clilverd de 42, si se realizara, sería el más bajo de los últimos 300 años.

Figura 2: predicciones de la amplitud del Ciclo solar 24

Efectos del Aumento del CO2 Atmosférico Sobre la Temperatura

La tasa de crecimiento anual del dióxido de carbono atmosférico durante los últimos 30 años es de 1,7 partes por millón (ppm). Del actual nivel de 376 ppm se proyecta un aumenta hsata 420 ppm para el año 2030. Usando le programa MODTRANS existente en la Universidad de Chicago, en la figura 4 se muestra la relación existente entre el contenido de dióxido de carbono y el aumento en la temperatura media global.

Figura 4: Aumento de la Temperatura Atmosférica por cada 20 ppm de Aumento del Dióxido de Carbono.

El proyectado aumento de 40 ppm reduce la emisión desde la estratosfera al espacio desde 279,6 watt/m2 a 279,2 watt/m2. Usando la respuesta de la temperatura demostrada por Sherwood Idso (1998) [7] de 0,1º C por watt/m2, esta diferencia de 0,4 watt/m2 equivale a un aumento de la temperatura de la atmósfera de 0,04º C. El efecto del dióxido de carbono sobre la temperatura es logarítmico y por ello la sensibilidad climática disminuye con el aumento de la concentración de CO2. Las primeras 20 ppm de dióxido de carbono tienen un mayor efecto sobre la temperatura que las siguientes 400 ppm. Aumentar el contenido del CO2 en otras 200 ppm hasta llegar a las 620 ppm, proyectadas para el año 2150, resultará en un aumento ulterior de 0,16º C de la temperatura media global.

El aumento proyectado a 620 ppm es probable que se logre si la expansión económica de China sigue durante los próximos 10 años al mismo ritmo que lo hizo durante los pasados 10 años. La Figura 5 muestra las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera de los Estados Unidos, Australia, y China, con datos históricos hasta 2005 y una proyección hasta 2020. Las emisiones chinas, que se calculaban que sobrepasarían a las de Estados Unidos en 2009 lo hicieron en realidad en el mes de Abril de 2007. Las emisiones de CO2 per cápita de los tres países serán iguales para el 2020.

Figura 5: Emisiones de CO2 a la Atmósfera Estados Unidos, China y Australia para el Período 1906 a 2020 Fuente: Centro de Análisis de la Información del Dióxido de Carbono, Departamento de Energía, Estados Unidos.


Referencias
  1. Archibald, D. 2006, Solar Cycles 24 and 25 and Predicted Climate Response Energy and Environment, 17, 29-38.
  2. Friis-Christensen, E. and K.Lassen 1991, Length of the solar cycle: an indicator of solar activity closely associated with climate, Science, 254, 698-700.
  3. Butler, C. J. and D.J.Johnston., 1996, A provisional long mean air temperature series for Armagh Observatory. J. Atmos. Terrestrial Phys., 58, 1657-1672.
  4. Dikpati, M., G. de Toma and P.A.Gilman 2006, Predicting the strength of solar cycle 24 using a flux-transport dynamo-based tool Geophysical Research Letters, 33, L05102
  5. Clilverd, M., E.Clarke, T.Ulrich, H.Rishbeth and M.J.Jarvis 2006, Predicting Solar Cycle 24 and beyond, Space Weather, 4, S09005
  6. Schatten, K.H. and W.K.Tobiska 2003, Solar Activity Heading for a Maunder Minimum?, Bulletin of the American Astronomical Society, 35 (3), 6.03
  7. Idso, S. 1998, CO2-induced global warming: a skeptic's view of potential climate change Climate Research, 10, 69-82.
Por: David Archibald
Summa Develpment Ltd., Perth, Australia

Enviado por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

Rebaños y Pseudociencia

Rebaños y Pseudociencia


Desde hace mucho tiempo se viene oyendo el argumento de un “consenso científico” sobre el cambio climático y el calentamiento global. Se trata nada más que “pensamiento grupal” o más simple: el Instinto de Rebaño. Curiosamente, el rebaño siempre sigue cándidamente al carnero que lo conduce al matadero…

El instinto de rebaño es una tendencia de la naturaleza humana, que en sí mismo, es una desventaja severa en la ciencia. En lugar de combatirlo lo mejor que podamos, hemos inventado un método para ayudar al avance de la ciencia – la revisión de estudios por los pares, o “peer review”- que en la vida real hace virtualmente imposible separarse del rebaño, de seguir teniendo apoyo, seguir teniendo posibilidad de publicación, o seguir teniendo todas las ventajas que se requieren para trabajar en cualquier campo científico.

Si en un tema cualquiera había al comienzo una diversidad de opiniones, el sistema de revisión de los pares asegurará una vida muy corta para esa situación, y muy pronto el campo estará cerrado y sólo accederán a el quienes se encuentren en el centro. Los disidentes de la periferia son considerados los lobos que atacan al rebaño. Son herejes.

Una vez que el rebaño ha sido establecido, cualquiera sea la evolución histórica que lo haya llevado a esto, obtiene un control tan firme que es sumamente difícil hace algo al respecto. Y aún si se descubre que ésta es la situación, no se sabe cómo hacer para interferirla. ¿Dónde está entonces el derecho a la libre expresión si las publicaciones científicas tienen que enviar cada artículo a una gran cantidad de personas y el grueso de esas personas está dentro del rebaño? Usualmente, con sólo un tercio de las revisiones que sean negativas el estudio no obtiene su publicación. Y las opiniones de los herejes son desechadas porque “no están publicadas en revistas científicas con “peer review”. Es la falacia del “razonamiento circular”, más popularmente conocida como Catch-22, o La Trampa 22, en recuerdo a la buena película de Alan Arkin donde no se podía solicitar el retiro del frente de combate alegando locura, porque cualquiera que desee retirarse del frente está muy cuerdo! Petición denegada.

De manera que no hay libertad de expresión en el sentido que no se puede publicar una diversidad de puntos de vista. Tampoco hay libertad de expresión en las conferencias porque lo mismo se aplica aquí. ¿Pueden aquellos que tienen una opinión divergente del rebaño organizar sus propias conferencias? Muy raramente. Esencialmente, una vez que el rebaño ha sido formado, interferirá en todas las actividades que son necesarias para hacer avanzar a la ciencia.

¿Querrá el rector de una universidad promover a una cátedra a alguien que esté fuera del rebaño? No puede, porque tiene que enviar cartas a las principales personas en ese campo –deberá preguntar a por lo menos 20 personas antes de obtener el permiso para nombrar a alguien en una cátedra- y ¿cómo obtendrá el permiso cuando el rebaño se está moviendo en una dirección diferente a la de esta persona? No hay posibilidad alguna. Entones la situación se afirma y empeora cada días más.

Una vez que el rebaño ha sido establecido en relación a cualquier asunto, sólo puede ser destruido mediante la confrontación más apabullante con la evidencia. No hubo en la historia de la ciencia ninguna otra manera amable de hacerlo, una vez que el rebaño fue formado, no hubo otra forma de desarmarlo. Alfred Wegener estuvo fuera del rebaño por su teoría de la deriva continental y las placas tectónicas por más de 30 años. Sólo después de su desaparición en los hielos de Groenlandia se reconoció la validez de su teoría. Las evidencias chocaron contra el rebaño de los geólogos y lo pulverizó.


¿Ciencia o Pseudociencia?

Hay un caluroso debate sobre la cuestión si el “calentamiento global” es pseudociencia o no, lo que depende de la definición de “pseudociencia” y la definición de “ciencia”. Por el otro lado: ¿Es el calentamiento global una ciencia? Definitivamente no. El Calentamiento global es un evento climático y no una ciencia. Está estudiado por un gran conjunto de diferentes disciplinas científicas, entre las que están la meteorología, la física, la química, la biología, las matemáticas, la astronomía, y varias especialidades más como la oceanografía. La meteorología estudia los fenómenos del tiempo y el clima a escalas pequeñas en el tiempo, horas o días, mientras que lo que llamamos climatología estudia el tiempo de amplias regiones a escalas más largas de años, décadas, siglos, milenios. Pero no hay una ciencia climatológica. Es una cuestión epistemológica.

Puede hacerse una analogía entre el clima y un rompecabezas: Todos dicen tener una pieza del rompecabezas, pero el problema es que nos falta la tapa de la caja. No sabemos si la imagen completa será un velerito en el mar o un Jefe Sioux. Para empeorar las cosas, ni siquiera tenemos las cuatro esquinas de la imagen: la atmósfera, los océanos, el Sol y la litosfera (que incluye a la biosfera). Mientras que hay serios científicos que se rascan la cabeza pensando cómo encaja una pieza con las demás, hay impacientes armadores del rompecabezas que, si una pieza no encaja con otra, lo consiguen mediante la aplicación de un buen martillazo, o el uso indiscriminado de sierra, escofina y papel de lija.

Estos últimos son los “modeladores”, en realidad, programadores de vistosos y muy caros video juegos computados. Si alguna de sus suposiciones parece no encajar con la realidad, entonces lo mejor es modificar la realidad ajustando los valores de las variables y constantes que la representan para que se ajusten a su postulado. En la jerga de los modeladores lo llaman “best fit” , o “mejor ajuste”. Y al resultado lo presentan como “evidencia”, esa evidencia la usan para probar teorías, y las teorías así probadas –a la Al Gore- son usadas para promulgar regulaciones políticas que se convierten indefectiblemente en un aumento de impuestos y un mayor poder de los gobiernos. Todo en aras de la salvación de una catástrofe imaginada y jamás demostrada.

Las ciencias hacen uso de hipótesis y teorías, cosas que deben validarse, es decir, pasar todas las pruebas ácidas de la observación, las evidencias, y la lógica. En nuestro tema, hay observaciones (el calentamiento), hay una idea o hipótesis (el efecto invernadero); hay ciertos ensayos de estas hipótesis (estudios paleoclimáticos, reconstrucciones de temperaturas y niveles de CO2, el Palo de Hockey, etc), y es aquí donde las cosas parecen andar mal.

Los ensayos de las hipótesis fracasan en su intento de probarlas, sin embargo parece que un tácito y silencioso “acuerdo entre caballeros” –algo sine qua non entre miembros del rebaño- requiere que la hipótesis sea salvada a toda costa. No importa el precio. Hay demasiados intereses económicos, geopolíticos, personales, fama y puestos de trabajo que hay que cuidar. Las acciones que parecen ser “pseudo-ciencia” son los métodos científicos usados para sustentar a la explicación y atribución de culpabilidad de la observación: calentamiento. Los métodos científicos tradicionales han sido, por supuesto, absolutamente violados o ignorados.

Entonces, para saber si lo que está manejando la escena del calentamiento global y el cambio climático, lo está haciendo de manera científica y acertada, debemos saber qué es pseudociencia. El sitio de consultas Wikipedia da a una lista de las características de la pseudociencia, mostrando a la astrología como un caso de estudio. Y nos da también la opinión del epistemólogo argentino Mario Bunge sobre qué es “pseudociencia”:

«Una pseudociencia es un montón de macanas que se vende como ciencia. Ejemplos: alquimia, astrología, caracteriología, comunismo científico, creacionismo científico, grafología, ufología, parapsicología y psicoanálisis.»

Y un poco más abajo nos dicen:

En general, la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas rigurosas, mientras que las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas) o bien protegerán su teoría (por ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de someterla a ensayos que puedan refutarla.


La Metodología Científica

Ahora tenemos que explicar qué es la metodología científica para saber en qué medida nos permitirá saber si el cambio climático cae dentro de los “métodos pseudocientíficos” o no.

"Conjunto de pasos fijados de antemano por una disciplina con el fin de alcanzar conocimientos válidos mediante instrumentos confiables", "secuencia estándar para formular y responder a una pregunta", "pauta que permite a los investigadores ir desde el punto A hasta el punto Z con la confianza de obtener un conocimiento válido". Así el método es un conjunto de pasos que trata de protegernos de la subjetividad en el conocimiento.

El método científico está sustentado por dos pilares fundamentales. El primero de ellos es la reproducibilidad, es decir, la capacidad de repetir un determinado experimento en cualquier lugar y por cualquier persona. Este pilar se basa, esencialmente, en la comunicación y publicidad de los resultados obtenidos. El segundo pilar es la falsabilidad. Es decir, que toda proposición científica tiene que ser susceptible de ser falsada (falsacionismo). Esto implica que se pueden diseñar experimentos que en el caso de dar resultados distintos a los predichos negarían la hipótesis puesta a prueba.



No entraremos a enumerar la gran cantidad de métodos científicos que existen porque sería para terminar mañana. Los interesados en saber más, lo tienen bien explicado en El Método Científico de Wikipedia.


¿Pruebas Empíricas?

El principal –y casi único pilar sobre el que se sostiene la hipótesis del calentamiento antrópico son los resultados (llamados “proyecciones” o “escenarios”) de los modelos climáticos denominados “Modelos de Circulación General”, que son presentados por el IPCC y los medios de prensa como “evidencia” del origen antrópico del cambio climático. No hay tal cosa. Los resultados de los modelos computados son sólo evidencia de una programación hábil que tiende a “demostrar” una premisa establecida de antemano.

Los modelos dicen que el responsable directo del calentamiento es el CO2 y su aumento desde el comienzo de la Revolución Industrial alrededor de 1750. ¿Qué pruebas tienen para demostrar esa afirmación? Gráficos que muestran una correlación entre los niveles de CO2 en la atmósfera y el ascenso de la temperatura. Pero, esa correlación ¿es prueba de causalidad? ¿Es acaso prueba de que el aumento del CO2 produce un aumento notable de la temperatura? No, no lo es. Nuestra comprensión del calentamiento global ha pasado por tres etapas:

  1. 1985 a 2000: La información de las muestras de hielo Antártico nos llevaron a sospechar que el CO2 causaba el calentamiento.
  2. 2000 a 2007: Los nuevos estudios, a partir de los trabajos de Jaworowski y de Monnin en 2000, Ernst Beck en 2006, demostraron que, ni los niveles de CO2 preindustriales eran de 270 ppm, ni que el aumento del CO2 causa el aumento de la temperatura. Sorprendentemente, lo contrario es la verdad. En la historia climática de la tierra, ha sido siempre el aumento de la temperatura quien ha inducido un posterior aumento del CO2 atmosférico.
  3. Desde agosto 2007: Sabemos con seguridad que el CO2 no es la causa del calentamiento global. El CO2 no es más un sospechoso en el crimen del cambio climático, sino que las sospechas se hacen cada vez más fuertes sobre otro sospechoso: las variaciones de la actividad del Sol.

Los únicos datos sobre temperatura en que podemos confiar son los obtenidos por los satélites, y ellos comienzan recién en 1978. ¿Por qué no son confiables los datos de las estaciones de tierra? Porque se ha comprobado en una muy reciente investigación (todavía en curso), que la mayoría de las estaciones meteorológicas de la red nacional de los EEUU presentan fallas casi escandalosas en la colocación de los instrumentos de medición, en un 85% en la cercanía de fuentes de calor que producen lecturas falsamente elevadas.

Entonces, para demostrar nuestro punto sólo bastará ver la total falta de correlación entre el gradual y sostenido crecimiento del CO2 y las variaciones de la temperatura entre diciembre 1978 y noviembre 2007:


Fig. 1: Temperaturas (línea verde) y niveles de CO2 (línea gris superior)
Fuente: NOAA/GISS


Vemos que desde 1998 la temperatura global ha comenzado a descender mientras que el CO2 continuó creciendo de manera sostenida y gradual. Entonces, sobre qué bases científicas apoya el IPCC sus informes, sus alegatos alarmistas y su urgencia para que el Tratado de Kioto sea ampliado a límites que significará el descalabro de muchas economías nacionales –especialmente la de los países en vías de desarrollo. Entonces debemos hacerles a los científicos a sueldo del IPCC y otras organizaciones propulsoras de esta fantástica teoría, una serie de preguntas relacionadas con la clase de ciencia y la metodología científica usada. Entre muchas otras se nos ocurren:

  1. ¿Pueden ellos explicar más claramente qué está haciendo la ciencia climática de manera científica?
  2. ¿Están ellos haciendo las mediciones cumpliendo con los teoremas de muestreo de Nyquist?
  3. ¿Están midiendo de manera correcta los flujos de CO2, y no simplemente multiplicando promedios en lugar de tomar integrales de funciones que fluctúan rápidamente?
  4. ¿Están ellos considerando que los sistemas complejos acoplados como los océanos y la atmósfera es muy poco probable que tengan un punto fijo de equilibrio?
  5. ¿Están ellos tratando de reproducir experimentalmente el proceso de oclusión de las burbujas de aire atrapadas en la nieve gradualmente comprimida, para probar que la composición del aire sigue siendo la misma después de la descompresión?
  6. ¿Están haciendo algo que una verdadera ciencia debería (o puede) hacer?

No hay respuestas a estas preguntas. Hasta ahora se ha comprobado que nada de eso se está haciendo, y que se insiste más en “atribuciones” de culpabilidad basadas en falsas correlaciones, que en verdadera investigación para descubrir los mecanismo que realmente gobiernan al clima.

Las discusiones en el campo del cambio climático deberían estar dentro del contexto de criterios esenciales o no esenciales. Por ejemplo, la resistencia observada a ensayar las teorías nuevas, y el énfasis sobre la confirmación de observaciones por encima del ensayo para, como se dijo más arriba, atribuir culpas a inocentes y desviar la atención sobre otros posibles culpables del pasado calentamiento o de actual enfriamiento, como parece ser las variaciones en la actividad solar.

El asunto de la falsabilidad de las hipótesis y teorías es crucial en el cambio climático y el calentamiento global. Pero, ¿qué es la falsabilidad de las teorías? Wikepedia sale en ayuda nuestra otra vez:

El falsacionismo, refutacionismo o principio de falsabilidad es una corriente epistemológica fundada por Karl Popper. Para Popper contrastar una teoría significa intentar refutarla mediante un contraejemplo. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda corroborada, pudiendo ser aceptada provisionalmente, pero nunca verificada.

El problema de la inducción nace del hecho de que nunca podremos afirmar algo universal a partir de los datos particulares que nos ofrece la experiencia. Por muchos millones de cuervos negros que veamos nunca podremos afirmar que "todos los cuervos son negros". En cambio si encontramos un solo cuervo que no sea negro, sí podremos afirmar "No todos los cuervos son negros". Por esa razón Popper introduce como criterio de demarcación científica el falsacionismo.

Toda esta larga introducción sirve para determinar si la teoría o hipótesis del cambio climático causado por el hombre tiene un carácter científico o, si puede ser “falsada” la teoría tiene que volver al tablero de diseño y ser reformada hasta que no pueda ser falsada, o refutada, o rebatida, o se demuestre como falsa. Esta demostración ya ha sido hecha pero, por supuesto, el IPCC y sus 2500 científicos que no pasan de 400, permanecen ignorantes –o fingen que no han escuchado nada al respecto. Veamos, entonces:

De las definiciones de Wikipedia (versión inglesa) copiadas más abajo, vemos uno o más casos donde el criterio se aplica a la teoría “Calentamiento Global Antrópico”, es decir, causado por las actividades del hombre.

Lo que sigue es lo que se proponen como indicadores de que hay un pobre razonamiento científico, aunque no conviertan a la ciencia implicada en pseudo-ciencia:

  1. Uso de afirmaciones vagas, exageradas, o carentes de comprobación.
  2. Hacer afirmaciones sobre asuntos científicos que son vagas en lugar de precisas, y la ausencia de mediciones específicas.
  3. Ausencia de controles efectivos en el diseño de experimentos.
  4. Demasiada confianza en la confirmación más que en la refutación.
  5. Hacer afirmaciones científicas que no pueden ser “falsadas” en el evento de ser incorrectas, imprecisas, o irrelevantes (ver también falsabilidad).
  6. Aseverar que las afirmaciones que no se han probado como falsas tienen que ser ciertas, y viceversa (ver: Argumentar desde la ignorancia)
  7. Excesiva confianza en testimonios y anécdotas. Los testimonios y las evidencias anecdóticas pueden ser útiles para descubrimientos (por ej.: generación de hipótesis) pero no debería ser usadas en el contexto de la justificación (por ej.: ensayo de hipótesis)
  8. Uso selectivo de la evidencia experimental: presentación de datos que parecen apoyar sus propias afirmaciones mientras que se suprimen o se rehúsa a considerar información que entra en conflicto con sus postulados.
  9. Inversión de la carga de la prueba. En la ciencia, la carga de la prueba descansa en quienes hacen una afirmación, y no en el crítico. Los argumentos “pseudocientíficos” pueden ignorar este principio y exigir que sean los escépticos demuestren, más allá de una duda razonable, que una afirmación (por ej.: una afirmación relacionada con una nueva técnica terapéutica) es falsa. Es esencialmente imposible probar un universo negativo, de manera que esta táctica ubica incorrectamente la carga de la prueba sobre el escéptico más que sobre quien hace la afirmación.
  10. Falta de apertura al ensayo de teorías por otros expertos.
  11. Evasión del “peer review” antes de publicar resultados (llamado “ciencia por partes de prensa”),
  12. La comunidad científica espera que los autores compartan la información necesaria para poder evaluar un estudio. No proveer la información adecuada a los otros investigadores para reproducir los resultados reclamados es una falta de apertura. (Es el caso del famoso Palo de Hockey de Michael Mann, quine hasta la fecha no ha entregado para revisión sus datos).
  13. Hacer apelaciones al secreto profesional o a derechos de autor en respuesta a pedidos de revisión de la información o la metodología.
  14. Falta de auto corrección: los programas de investigación científica cometen errores, pero tienden a eliminar esos errores a lo largo del tiempo. En contraste, hay teorías que son acusadas de ser pseudocientíficas porque han permanecido inalteradas a pesar de toda evidencia contradictoria.
  15. Fuertes grupos sociales y organizaciones, personalidad autoritaria, supresión del disenso, y pensamiento grupal pueden reforzar la adopción de creencias que no tienen una base racional. En el intento de confirmar sus creencias, el grupo tiende a identificar a sus críticos como enemigos.
  16. Afirmaciones de una conspiración por parte de la comunidad científica para suprimir resultados.
  17. Atacar los motivos o el carácter de cualquiera que cuestiones las afirmaciones de la teoría (ver la falacia Ad Hominem)

Y revisando la historia del calentamiento global y el cambio climático inducido por el hombre, vemos que todas los puntos contenidos en la definición de “pseudociencia” dada por Wikipedia, se aplican de manera acabada a la “tonteoría” del cambio climático antrópico.

Thomas Huxley dijo una vez algo que toos los científicos deberían tener en cuenta a la hora de proponer bellas y exóticas teorías: “La Gran Tragedia de la ciencia es el asesinato de una hermosa hipótesis por un hecho horrible.”

Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC